lunes, 17 de mayo de 2010

Tentaciones que puedes permitirte. (y 3ª Parte).


11. Patatas chips.
Parece el alimento prohibido por excelencia en las dietas de adelgazamiento. Pero su consumo puntual, y en pequeñas cantidades, no tiene por qué pesarte. Media bolsita pequeña (25 gramos) aporta aproximadamente 135 calorías, las mismas que 100 gramos de jamón serrano.
Si sucumbes a esta tentación, sé consecuente y combínala con bebidas ligeras y ricas en vitaminas, como por ejemplo un zumo. Y si 25 gramos no te bastan, puedes comer un poco más si eliges las versiones light, con un 40 % menos de grasa, o las elaboradas al horno, hasta un 70 % más ligeras y apetitosas.

12. Lomo embuchado.
Es un sabroso tentempié del agrado de la mayoría que no te debes perder. Al ser un producto magro, es muy rico en proteínas pero no aporta grasa, por lo que resulta recomendable incluso en dieta baja en grasas.
Combinado con un poco de pan (mejor si es integral), resulta una buena fuente de energía puntual a un escaso “precio” calórico: si tomas 50 gramos, te aporta unas 150 calorías.

13. Mousse.
Alegra tus platos y concédete el lujo de consumir los alimentos de la manera más caprichosa. Una mousse puede lograr que una crema o un puré de frutas se conviertan en un esponjoso y delicado plato sin añadir un número escandaloso de calorías a tus menús. El ingrediente mágico capaz de conseguirlo suele ser la clara de huevo montada, aunque también puede sustituirse por nata. Si el puré base de la mousse es demasiado líquido, la gelatina es otro aliado con el que podrás conseguir una textura perfecta y muy agradable al paladar.
Puedes utilizar este recurso tanto para ingredientes dulces como salados. Para aligerarla, lo mejor es que priorices la clara de huevo y la gelatina y uses la nata montada sólo en contadas ocasiones. Si prefieres adquirirla lista para tomar, debes saber que determinadas marcas comerciales elaboran mousses muy ligeras con un bajo porcentaje graso y la mitad de calorías que las convencionales. Fíjate bien en la etiqueta del producto.

14. Sorbetes.
Este postre se diferencia del tradicional helado por no incorporar contenidos ni ingredientes grasos, además de no incluir yema de huevo. Es por esta razón por la que su textura resulta menos firme y más líquida, menos cremosa y también menos calórica que el helado. Además, los sorbetes contienen un 15 % más de fruta, por lo que su contenido en vitaminas procedentes de este ingrediente es sensiblemente superior al resto de helados y polos de hielo.
Resulta un postre de lo más atractivo y recomendable después de una comida de fin de semana. También puedes tomarlo como un buen y refrescante tentempié puntual. Pero no te excedas en su consumo ya que, aunque no contiene grasas, sí que aporta azúcar en cantidades significativas.

15. Marisco.
Son muchas las mujeres que opinan que darse el capricho de una buena mariscada puede tirar por la borda todos sus esfuerzos por adelgazar. Aunque lo cierto es que su elevado contenido en agua y su bajo aporte en grasas hacen del marisco un alimento muy poco calórico: 100 gramos contienen entre 70 y 100 calorías. El error está en utilizar técnicas de cocción como la fritura, que añade calorías de más a estos sanos ingredientes. La plancha o el vapor son mucho más adecuadas.
Junto al marisco puedes incorporar los sanos nutrientes del mar a tu mesa. Almejas, ostras, mejillones y gambas son ricos en minerales como el zinc, el selenio, el hierro, el calcio, el magnesio y el yodo.

lunes, 10 de mayo de 2010

Tentaciones que puedes permitirte. (2ª Parte).


6. Pizzas.
Todos los componentes de la pizza forman parte de la conocida y saludable dieta mediterránea. Por tanto, se puede incluir dentro del contexto de una alimentación equilibrada siempre y cuando la combines adecuadamente, por ejemplo con una ensalada y una fruta de postre.
Escoge una pequeña, o una media ración de las grandes, y apuesta por los ingredientes más sanos, que no son pocos: jamón serrano o cocido, atún, tomate, hortalizas o verduras como ruedas de tomate, cebollas, pimiento, champiñones o alcachofas. Evita ingredientes más grasos como el bacon, el salami,… Ten en cuanta que, dependiendo de la elección, el contenido calórico puede variar de manera más que considerable.

7. Aceitunas.
¿Piensas que las aceitunas engordan? Pues no deberías. Doce aceitunas con o sin hueso no tienen más que 40 calorías. Son además fuente de calcio, vitamina E, fibra y contienen un gran número de sustancias antienvejecimiento.
Por supuesto aportan grasas saludables del aceite que lleva su nombre, que te protegen de las enfermedades cardiovasculares. Tomadas con moderación pueden ayudarte incluso a perder peso, sobre todo si acumulas grasas en el abdomen. Eso si, cuidado con la tensión en las personas hipertensas.

8. Vino.
Además de ser un verdadero placer sensorial, esta bebida resulta una fuente de salud. Tómala de manera regular pero, eso sí, con moderación: lo aconsejable son dos copas al día en los hombres y una y media en las mujeres. Sobrepasar esta cantidad, en cambio, puede afectar negativamente a órganos fundamentales como el hígado, el páncreas o el corazón. En cuanto a las calorías de más que supondría el hecho de consumir vino en la comida o en la cena, son perfectamente aceptables dentro del marco de una dieta equilibrada: una copita de vino aporta unas 83 calorías, las mismas que un vaso pequeño de refresco. Ten en cuenta, además que actualmente puedes encontrar en el mercado vinos elaborados con una cantidad mínima de alcohol.
Las uvas negras con las que se elabora el vino tinto son ricas en polifenoles, unas sustancias antioxidantes que protegen las paredes de las arterias, reduciendo la agregación de las plaquetas y aumentando los niveles de colesterol bueno.

9. Dátiles con jamón.
Los dátiles son un concentrado de minerales como el magnesio, el hierro, el calcio y el litio, Por su parte, el jamón es rico en proteínas de alto valor biológico. Darte un capricho de 3 dátiles con jamón supone un incremento de unas 205 calorías en tus menús, pero no olvides que sus beneficios son muchos.
Esta combinación puede beneficiarte especialmente si estar a dieta suele afectar a tu estado anímico, gracias al litio de los dátiles y a las vitaminas del grupo B del jamón.

10. Flan de vainilla.
No es más que un postre lácteo que se elabora con leche semi o desnatada y que tiene menos grasa que los flanes de huevo y que algunos yogures enteros. Al estar elaborado a base de leche también es rico en calcio, y aporta una cantidad muy similar a la del yogur. Es refrescante y, en cuanto a las calorías, equivalen a las de los yogures azucarados.
Prueba a tomarlo en el desayuno del fin de semana. Combínalo con frutas como el plátano, las fresas o la manzana y obtendrás una propuesta sana y dulce perfecta para darte un capricho.

lunes, 3 de mayo de 2010

Tentaciones que puedes permitirte. (1ª Parte).


Destierra la sensación de culpa y comprueba que es posible sucumbir a ciertos caprichos sin que acabe pesándote. Muchos de ellos, además, aportan beneficios añadidos con los que mimarás de forma saludable tu organismo.

1. Pipas.
Destacan por su aporte en grasas saludables, zinc, hierro, ácido fólico y vitaminas B y E. Una ración de 50 gramos sin pelar (25 gramos peladas o, lo que es lo mismo, unas 20 pipas) suma 140 calorías, tan solo 20 más que una manzana grande, por ello son un excelente capricho entre horas.
Su consumo se relaciona con un menor riesgo de enfermedades degenerativas, cardiovasculares y de cáncer debido a su riqueza en antioxidantes.

2. Gelatina de frutas.
Se trata de un alimento totalmente natural, bajo en calorías y rico en proteínas, al ser de origen animal. Pese a ello está completamente exenta de colesterol y materias grasas. La mejor manera de consumirla es en forma de postre: elígela con fruta añadida y obtendrás una propuesta muy saludable, nutritiva y ligera.
Entre sus proteínas destaca el colágeno, una sustancia natural que favorece la regeneración de las articulaciones, previene lesiones, ayuda a fortalecer los cartílagos y protege la salud ósea. Bastan 10 gramos de gelatina al día para beneficiarte de sus propiedades.

3. Spaghetti “al dente”.
La pasta es un alimento bajo en colesterol y grasas siempre que no esté repleta de carne, salsa y queso. Lo ideal es no pasarse con las raciones, y elegir una salsa ligera, como por ejemplo de tomate, champiñones y un poco de queso rallado. También se puede acompañar de unas gambas salteadas.
La pasta al dente tiene un índice glucémico menor que cuando está más cocida. Esto quiere decir que la velocidad con la que sus azúcares llegan a la sangre es menor, evitándose de esta manera la secreción de insulina. No olvides que esta hormona facilita el depósito de grasa en el cuerpo y, al mismo tiempo, aumenta el apetito.

4. Chocolate.
Tomar más o menos una onza al día o cuando tengas muchas ganas de dulce está permitido e, incluso, es recomendable en las dietas hipocalóricas. Eso sí, debe tener al menos un 60 % de cacao.
Se trata de un alimento muy rico en minerales, especialmente magnesio, hierro y potasio. Estudios recientes destacan su gran poder antioxidante, especialmente beneficioso para el sistema cardiovascular. Lo cierto es que el chocolate levanta pasiones, y también el ánimo. Tomarlo aumenta la producción de serotonina, conocida como la hormona del bienestar.

5. Palomitas.
Si eres de las personas que no puedes imaginar una tarde de cine sin palomitas, debes saber que su consumo en cantidades moderadas no tiene por qué afectar a tu dieta. El problema son las raciones excesivas que ofrecen en las salas comerciales. Opta por compartir o escoger la ración más pequeña y, si aún quieres controlar más el aporte calórico, bastará con no pasarse con la cena posterior.
Debes tener en cuenta que lo que aumenta las calorías es la cantidad de grasas que se les añade durante su elaboración. Por ello, la mejor opción es elaborarlas en casa, con un poco de aceite de oliva. En el cine decántate por las saladas, menos calóricas que las dulces.