lunes, 26 de abril de 2010

Frutas exóticas.


El mercado de las frutas tropicales ha experimentado un gran auge en los últimos años, lo que ha provocado que algunas de ellas ya sean habituales en nuestra dieta, como el aguacate o la chirimoya. En cambio, otras como el lichi siguen siendo una “rareza” y muchos la desconocen. Las variedades exóticas son también ricas en vitaminas antioxidantes (A y C) y aportan muy pocas calorías. Lo que las distingue del resto y más llama la atención son sus colores vivos y su sabor: el aromático y dulce como el de la guayaba; el agrio del tamarillo…

Guayaba.

Esta fruta tropical originaria de Centroamérica tiene un intenso aroma muy sugerente cuando está madura. Si decides tomarla fresca, ten en cuenta que la parte interior de la guayaba, donde se encuentran las semillas, debe masticarse bien o utilizar un pasapurés.
Además de fresca, también puedes usarla para preparar batidos, zumos, helados, tartas, compotas, mermeladas y jaleas. Posiblemente una de las combinaciones más acertadas es la que propone mezclarla con lácteos (leche, queso o yogur).

Lichi.

Por su forma pequeña, ovalada y su piel de color rojo vivo se asemeja al madroño. Pero en su interior esconde una fruta dulce y delicada y con un aspecto que recuerda al de una uva pelada. Es originario de China y llegó hace poco a Occidente.
Lo más habitual es comerlo crudo, ya que así se aprovecha al máximo su vitamina C. También puedes añadirlo a ensaladas, macedonias o pasteles, al natural o en almíbar. Otra opción es saborearlo en zumos o batidos.

Carambola.

Con una forma muy curiosa, que recuerda a una estrella de cinco puntas, se la conoce como “fruta estrella” y se usa especialmente para decorar ensaladas de fruta y repostería. Su pulpa es crujiente y suave, con un sabor agridulce, si la pieza es pequeña; y más dulce si el tamaño de la carambola es mayor.

Alquequenje.

Su forma es la de una baya del tamaño de una cereza, pero de color anaranjado y rodeada de una cubierta no comestible. Al natural tiene un sabor dulce y ácido a la vez, pero se emplea sobre todo en la elaboración de mermeladas y en repostería como elemento decorativo.

Kumquat.

Se llama también “naranja enana” y procede de Asia. Es el más pequeño de los cítricos y el único que puede comerse con piel. Su sabor, entre ácido y amargo, queda bien en macedonias, mermeladas, pasteles o incluso salsas para acompañar recetas de carne como el pato.