lunes, 22 de febrero de 2010

Ajo y perejil.


Tener a mano una picada de ajo y perejil puede ponértelo todo más fácil en la cocina. Es una combinación que casa con infinidad de platos, realzando su sabor y haciéndolos más vistosos. Otra ventaja es que el alto contenido en clorofila del perejil refresca el aliento, contrarrestando así el mal olor que deja el ajo a causa de uno de sus componentes (el disulfuro de alilo), y que hace que mucha gente lo evite.

Además de dar sabor, esta combinación tiene efectos muy beneficiosos:
· El consumo habitual de ajo reduce el nivel de colesterol y la tensión arterial. También combate las infecciones bacterianas, víricas y fúngicas.
· Consumir 25 gramos de perejil fresco al día cubre el 70% de las necesidades diarias de vitamina C y el 30% de vitamina A.
· El perejil ayuda a eliminar líquidos, por lo que las personas obesas, con celulitis o hinchazón de piernas pueden beneficiarse de este efecto.

En una despensa bien equipada no debe faltar una picada de ajo y perejil. Existen preparados listos para su consumo, aunque no siempre contienen el equilibrio deseado. Por eso la mejor opción es prepararla en casa y añadir la cantidad de producto que prefieras, según te guste más o menos fuerte.
· Pela el ajo, córtalo por la mitad y retira el centro.
· Pica finamente el perejil lavado y el ajo con un cuchillo afilado. Introdúcelo todo en un frasco de cristal y cubre con aceite de oliva. Si quieres que dure más tiempo, congélalo en cubitos y cubre con papel film.

Para que la picada sea un éxito, los ingredientes deben ser de calidad. En el caso del perejil, escoge manojos frescos. Los distinguirás por sus hojas tersas de color verde intenso. Para conservarlo, elimina los tallos marchitos, colócalo en un recipiente con agua sumergido hasta la mitad, tápalo con film y déjalo en la nevera. Si lo guardas desecado, mételo en un tarro de cristal cerrado en un lugar en el que no dé la luz. En cuanto a los ajos, elige los que pesan más tanteando los dientes para que no estén vacíos.